Es imposible cansar de Estambul, de sus preciosas vistas. Es tan…tan polifacético. Entre sus calles se esconden miles pequeños y grandes tesoros. Sin duda, se necesita una eternidad para poder descubrir esta ciudad y todo lo que esconde entre las manos. Hemos estado 5 días, de los cuales en realidad tuvimos sólo 4 para cruzar la ciudad de arriba para abajo. Pero es una pequeña gota del mar para explorar una ciudad como ésta. Por supuesto algunos consiguen “ver algo” en un día o como solemos decir “put a tick” pasando por lo más imprescindible. Cuando en Estambul hay tantas cosas imprescindibles.
El día que estuvimos totalmente perdidos en Sultanhamet buscando La Mezquita Azul, también visitamos la preciosa mezquita – museo Santa Sofía. Quedaba una hora hasta que la cierren y el hecho de que el sol ya se escondió en el horizonte no me impidió disfrutar de la misteriosa mezquita. Yo diría que al revés, la oscuridad le dio más encanto.
Entrando al museo de Santa Sofía, me puse muy triste cuando vi que ya estaba cerrada la galería situada practicamente en la cima de la mezquita. No me quedaba otra que mentalizarme para volver en otra ocasión. Damos un paseo por todos los rincones de Santa Sofía, y saliendo me di cuenta que la gente sigue subiendo arriba. Ha sido alucinante, no sé cómo, pero nos dejaron pasar y decir que estaba feliz, es decir nada. Porque realmente no vale la pena entrar al museo sin subir arriba. Tip: la galería se cierra a las 16:15
El día siguiente, el único que nos ha regalado el cielo azul y un poco de calor, fuimos a ver el Palacio de Topkapi y es sin lugar a dudas el must see en Estambul. Allí tienes de todo, las vistas al Bósforo, el harem e incontables y lujosas piezas de los zares y sultanes. Ten paciencia y prepárate para pasar un buen rato en Topkapi.
Dependiendo de la época que vayas a Estambul, te aconsejo visitarlo un par de horas antes que se oscurece. En diciembre es bastante temprano, al rededor de 16 horas. ¿Por qué a esta hora? Por que la luz es increíble a estas horas, yo no pude dejar la cámara…Ya lo verás 😉
Para el postre dejamos el harem, que por cierto tienes que pagar a parte. No cometas el mismo error, compra un audio guía. No esperes que lo leerás en los tableros que suelen tener los museos, porque simplemente no hay ni uno 🙁
Tips and tricks: comprando las entradas en las maquinas especiales que tendrás a plena vista en cualquier museo, te ayudará ahorrar muchísimo tiempo.
Contentos y cansados salimos del palacio listos para comer “lo que sea”. Pero por suerte esta zona esta repleta de restaurantes para cualquier gusto y presupuesto. Nos llamó la atención un restaurante de 4 plantas con terraza (por lo visto absolutamente habitual para Estambul), donde comimos una sopita de lentejas rojas ( mercimek) deliciosa y este plato de carne, champiñones y queso al horno. Para beber hay una variedad de bebidas típicas, yo desde hace mucho tiempo soy fan de Ayran (una bebida de yogur liquido de leche de oveja con un ligero sabor de limón y pimienta). Se puede hablar horas de la deliciosa y variada comida turca, pero lo dejamos para la próxima.
Cuéntame qué tips te gustaría saber para disfrutar de Estambul y nos vemos en el próximo post en la parte asiatica 😉